10 CREENCIAS ERRÓNEAS QUE TE IMPIDEN INGRESAR EN POLÍTICA

Actualmente, participar de la política haciendo política es, casi, un sacrilegio. ¿Por qué? Pues, por un claro desprestigio de la actividad política. Sin embargo, también, existen muchos mitos y desconocimiento sobre aquello que involucra hacer política. Por eso, te traigo 10 cosas comunes que te impiden ingresar en política a pesar de ser falsas o relativas.

Te explico por qué a continuación.

Asumir y repetir que todos los políticos son iguales

En realidad, te sorprendería la cantidad de gente con ideales, criterio y ganas de trabajar que te encontrarás. Aunque, siéndote sincera, no creo que sea la mayoría. Precisamente, porque el tabú de la política hace que la gente buena se espante sin siquiera entrar.

Creo que la ciudadanía es, en gran parte, culpable de promover una política de malos elementos, porque, al generalizar a las personas, desanima a los buenos políticos y repele a los buenos prospectos.

¿En tu familia no tienes una tía o primo loco? ¿Te gustaría que digan que toda tu familia es de cierta forma solo por el comportamiento de algunos que llaman más la atención que el resto?

La prensa es también responsable de hacernos creer esto. ¿Por qué? Porque siempre dan pantalla a los peores, por generar rating. No es algo que me parezca, te lo dice alguien que trabaja en relaciones públicas, no es inventado.

Además, si tú que eres honesto y no entras porque “todo es muy cochino” y “todos son iguales” entonces estás cediendo ante los indeseables. ¿Quién es más fuerte? De ahí no nos quejemos.

Pensar que la política aburre

Antes de entrar a un partido, yo salía todos los fines de semana, viernes y sábado. Pero, les aseguro que no hay nada más entretenido que hacer política, a pesar de que tu vida social no sea la misma.

Los fines de semana de fiesta, se convirtieron en fines de semana de visitas a las bases partidarias, actividades profondos y reuniones de organización del trabajo político.

El dinamismo de la política hace que las cosas cambien a una velocidad tan rápida que no te dará tiempo de descansar. Siempre hay algo nuevo, siempre se descubren nuevas cosas, siempre hay algo por qué luchar. Mientras esto última sea tu guía, aburrirse es imposible.

Guiarte por malas experiencias ajenas

Es normal creer e, incluso, obedecer a personas a las que admiramos. Muchas veces, estas personas han tenido experiencias participando en política y les ha ido mal. Por diversos motivos.

No te guíes por experiencias ajenas. Tú tienes virtudes y características propias y maneras diferentes de asimilar problemas. Guíate por lo que te apasiona. ¿Te apasiona la política? Intenta, involúcrate, prueba, conoce de primera mano, por tu propia experiencia. Que no te lo cuenten, no lo veas como tercero.

Si eres hermano, hijo, sobrino, mejor amigo o alguien sumamente cercano a otra persona que haya participado en política, TAMPOCO asumas que su realidad será la tuya. La política se vive personalmente. Cuando presenciamos injusticias hacia personas que queremos, nos solidarizamos y nos indignamos aún más de lo que lo haríamos con nosotros mismos. No reaccionas igual que el resto y eso es suficiente para saber que no te va a ir de la misma forma que a otros.

El temor de que tu vida se vuelva pública

Para explicar este tema, lo primero que debes saber es que no hay una sola forma de hacer política partidaria (que considero la política “desde adentro”).

Yo divido la participación política partidaria así: Imagina un triángulo. En a base están, precisamente, las bases, es decir, la militancia de a pie, la gente que le da vida orgánica al partido. En el medio, se encuentran los técnicos, los profesionales que, sin ánimos de postular, militan en un partido con el que coinciden en ideas y ponen sus conocimientos a su disposición. Por último, en la punta del triángulo, están los políticos, los que postulan porque, supuestamente, tienen mejores cualidades políticas.

Para mí, un político debería cumplir con los 3 criterios anteriores: Ser un militante de base, tener un conocimiento técnico o profesional y finalmente postular.

Entonces, si decides militar porque simplemente quieres participar sin tener que postular a nada, genial, ya estás aportando a la institucionalidad; si quieres ser parte de un equipo técnico, también. Si en el camino descubres que quieres postular, estupendo.

Además, existen cargos internos de organización partidaria, algo FUNDAMENTAL para una buena política. Sin tener que ser mediatizado, ya tendrías un cargo de responsabilidad y puedes ayudar tremendamente a tu institución.

Pensar que no estás preparado o que necesitas conocer más para poder ingresar en este mundo

La verdad, así en serio: Igual vas a cagarla en algo. No esperes tener todo el diagnóstico, nunca vas a estar preparado como desearías. Todo lo que requieres saber de la política, lo aprenderás únicamente haciendo política.

Yo, en este blog, procuro contarte TODO en base a experiencia. Como para que te equivoques menos que yo, pero es imposible que llegue un momento en el que, sin participar desde adentro, entiendas todo lo que ocurre y estés “suficientemente preparado” según tus expectativas.

Además, es probable que, al inicio de tu participación, alguien te endulce la oreja y pienses “Milagros dijo tal cosa en Plaza Pública y no veo que sea verdad”. Luego, no seguirás algún consejo que te di por aquí, te ocurrirá lo que advertí y te decepcionarás.

Lo sé porque siempre nos pasa. No creemos que a nosotros nos pueden agarrar de gil jamás. Pero pasa. A todos. Es inevitable.

Solo disfruta el camino. Aprende y tómalo con calma.

Sobreestimar lo negativo que pueda ocurrir

Si has leído otros artículos de la sección POLÍTICA, sabrás que no tengo filtros y te cuento las cosas como son. Lo que no quiero que pienses es en todas las cosas malas que hay y te sofoques imaginando lo abrumador que sería.

¿Hay cosas negativas? Sí, muchas. ¿Es estresante muchas veces? Sí, demasiadas. Pero eres completamente capaz de sobrellevarlo. No es más negativo ni más estresante que cualquier otro espacio.

Lo que ves ahí, podrías verlo, tranquilamente, en la empresa en la que trabajas. Solo que aquí no hay filtros de entrada, por lo que puedes estar más expuesto a personas menos preparadas. Nada más. No es otro mundo. Al menos no en ese sentido.

El tiempo

Esto es una realidad y me apena. Quienes tienen más que aportar, tienen menos tiempo, porque están ocupados siendo útiles en su vida y superándose.

SIN EMBARGO, como he dicho más arriba, puedes aportar a la vida orgánica de un partido sin necesidad de ocupar mucho tu tiempo. Puedes apoyar solo en ciertas actividades, puedes aportar con tu voto en las elecciones internas y, conforme te vayas sintiendo más a gusto, podrás ir asumiendo más responsabilidades.

Que el tiempo no sea una limitante para tu aporte.

Pensar que entrar en política es lo mismo que participar en organizaciones civiles

OJO, no está mal hacerlo. Para nada. Pero, corres el riesgo de pensar que ya estás haciendo política desde adentro, cuando la política partidaria tiene características muy diferentes.

Por eso, para este punto, te recomiendo analizar tus objetivos. ¿Quieres ingresar a la política? Métete a un partido. ¿Quieres hacer política en general? Tienes una amplia oferta de espacios de la sociedad civil para hacerlo. No está mal, solo no es lo mismo y no es “ingresar en política”.

Coloco este punto para que tengas claros tus objetivos y no pierdas la brújula. Muchas veces las organizaciones civiles se cruzan con las políticas, pero trabajan bajo ópticas casi opuestas, aunque complementarias. Muchos aportes que alimentan a la política vienen de las organizaciones civiles, pero, también ocurre, que muchas problemáticas de gestión política no son entendidas por las organizaciones civiles. Repito: ópticas, muchas veces, opuestas.

Temor al qué dirán

Muchos se acomplejan. La política no goza de buena reputación y existe un temor latente de tener que estar defendiendo lo indefendible y perder nuestra credibilidad.

MENTIRA TOTAL. Estar en un partido no te hace una oveja de rebaño. Yo siempre digo que uno tiene que criticar lo que pretende mejorar. Las discrepancias son buenas y quienes no lo entienden y juzgan las discrepancias, no entienden la democracia.

No tienes que defender lo indefendible. No importa lo que diga la gente. Tú estás haciendo algo que muchos no se atreven. ¿Por qué tú tendrías que sentirte avergonzado? No hay nada más honorable que meterse a este terreno, nada grato, por algo en lo que crees.

Dejen de preocuparse por esto, por favor, que MUCHISIMOS se quedan atrás por algo tan insignificante. Si tienes una opinión política, por impopular que sea, si es con conocimiento de causa, ya te coloca un paso adelante.

Creer que necesitan un nuevo partido (siempre)

Este es uno de mis temas favoritos. Te lo digo: TODOS LOS PARTIDOS VAN A TENER LOS MISMOS PROBLEMAS. No creas que por crear algo desde cero ya estás salvado.

Te lo explico con manzanas. Digamos que existe un partido A que ya tiene sus años de antigüedad y también “políticos tradicionales”. Por eso, no te encanta pues tienen los típicos problemas que percibes de la política que no te gusta, como la gente, peleas, etc.

Ahora, piensa en un partido B que es nuevecito y te gusta cómo se desenvuelve en la política nacional. Ves que tienen personas preparadas y te llama la atención. Cada vez se hacen más populares.

¿Qué crees que va a pasar? (y te lo recontra firmo). La gente va a querer meterse a ese partido B. Incluso puede volverse una moda, en caso les vaya muy bien. La militancia aumentará con el tiempo abrumadora e inevitablemente ¿sabes por qué? Porque en Perú existe algo que se llama el derecho a la participación política y ¿sabes que involucra? que no le puedas poner barreras a la gente para militar en un partido ASI NO TENGAN NADA QUE VER IDEOLÓGICAMENTE CON ÉL.

ENTONCES, en medio de ese baño de popularidad, vendrán personas de todo tipo. Buenas, trabajadoras o malas y oportunistas, algunos más conservadores, otros más liberales. No se les puede decir que no, salvo el maravilloso partido sea sumamente caudillista y “petit comité” (que estoy segura que no es lo que buscas) y no tengan cierta democracia institucional.

Es el eterno “problema” de la democracia. Con el tiempo se irán generando facciones, roces y peleas. Como en todo espacio, no solo político y, sobre todo, como en esos partidos que no te gustaban. Y ahí viene la decepción, nuevamente.

¿En qué debemos pensar entonces? En lo que creemos. No pienses en la gente que no te cae bien, piensa en las ideas que defiendes y entra en esa institución, nueva o vieja, que se asemeje a ti.

Si ves que la institución en la que crees se tuerce por personajes X ¿para qué estás tú? para enderezar. Si ves que alguien ensucia la línea democrática en la que van, alza tu voz. Pero cree en instituciones, no en personas.

JAMAS vas a encontrar un lugar al que vayas y todos te digan “¿Cómo estás? ¿Quieres ser político? ¡Te vamos a empoderar así!”. No hay que ser ingenuos. Los problemas del Perú son estructurales y repetimos constantemente errores porque pensamos en crear y no en reformar, porque el problema real es que, para nosotros, reformar es perder el tiempo y así no se genera institucionalidad.

Por último, querer algo nuevo y a la medida para recién involucrarte es una muestra de que no estás tan comprometido como piensas. Duro, pero cierto.

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