¿CÓMO DECIDÍ ENTRAR EN LA POLÍTICA?

Amo esta historia, porque me recuerda a mi abuelito y, de paso, que he sido la mismita desde que tengo memoria. Todo comenzó en el colegio, cuando me obsesioné con el curso de historia universal. 

Aún recuerdo mi fascinación con el Imperio Carolingio, en sexto grado, y mis ganas de acosar a la profesora de historia con programas de History Channel. Historia se convirtió en mi curso favorito, pero no cualquier historia, sino la historia universal.

Por el contrario, odiaba historia del Perú. No saben cómo me molestaba estudiar historia del Perú, específicamente de la etapa republicana. La razón era sencilla: siempre me ponía de mal humor repasar en todas las malas decisiones que habíamos tomado a lo largo de nuestra historia.

Odiaba recordar que un Mariano Ignacio Prado haya huido de la guerra, odiaba recordar los eternos casos de mala administración de nuestras riquezas en el guano, en el caucho, en la pesca; odiaba recordar los casos de corrupción, odiaba, en resumen, repasar la incapacidad y el cinismo de los políticos. Probablemente, hasta aquí, tengamos algo en común.

El punto de quiebre sucedió en primero de secundaria, cuando, precisamente, en el curso de historia, me dejaron de tarea investigar sobre el evento político del año: el ALC-UE. Para eso, recurrí a mi siempre confiable enciclopedia, el abuelo.
Mi abuelito era de esos a los que todos callan en el almuerzo cuando se pone a hablar de política (algo así como mis amigas del colegio conmigo, hoy en día). Él, volteaba a verme y me decía escucha, para que le ganes a todas tus amigas. Y ahí estaba yo, que ni entendía qué era un partido político, escuchándolo hablar sobre lo que sería prácticamente mi vida

Volviendo a la tarea: a medida que avanzaba el trabajo, nacían dudas sobre los procesos políticos que nos habían llevado a pertenecer a esta cumbre. Como no se hizo esperar, tocamos temas que me molestaron por las, siempre, malas decisiones en la política peruana y le dije ay abuelito ¿cómo no se les ocurrió que esto era, evidentemente, una mala idea? (no recuerdo cuál era esa idea), a lo que él respondió qué te puedo decir. Es ahí cuando vino mi yo ególatra, siempre confiable, diciendo ¡Yo me tengo que meter a la política, para pelearme con el primero que quiera proponer tonterías! (Tierna yo, como siempre).

Cuando crecí, entré a la universidad para estudiar comunicaciones y dedicarme al periodismo político. Me apasionaba tanto la política que quería estar tan cerca a ella como pudiese, para observarla, analizarla, criticarla y opinarla. No fue hasta que llevé historia del Perú en la universidad que aprendí a verla con otros ojos, a emocionarme con cada mala decisión y a encontrar aquellos personajes que sí hicieron algo bueno.
Llegó el 2016 y, con eso, la posibilidad de trabajar en una campaña, la de Alfredo Barnechea. Aparte de que fue una de las mejores experiencias de mi vida, de haber conocido gente que adoro y haber tenido mi primer contacto con la política desde adentro, comencé a dudar si lo que quería era solo ver, escuchar, analizar, interpretar o criticar la política. Pensé las cosas no cambian con tu opinión así que, después de hacerme la difícil un rato, decidí inscribirme en Acción Popular.

¿Por qué ahí y no en otro partido? No, no fue solo porque me encariñé en la campaña. Al estar involucrada, me nació la curiosidad de investigar sobre el partido y su ideología. De hecho, jamás en mi vida había mapeado a Acción Popular como una opción, pensé que yo simpatizaba más con el PPC, pero cuando leí sobre el humanismo situacional, el equilibrio hombre tierra y la necesidad de la búsqueda de respuestas a nuestros problemas en nuestra propia historia y costumbres, fue cuando dije ¡mira tú! Soy acciopopulista y no lo sabía. Omitiendo que estoy casi segura de que tú también lo eres y no lo sabes, esto fue el factor determinante para que quisiera inscribirme.

Ahora, no fue hasta junio del 2019 que se procesó mi inscripción formal, pero esa historia la guardaré para otra ocasión porque es, probablemente, uno de mis temas favoritos.
Así es como ingresé y no me pienso ir ¿Por qué me recuerda esto que he sido siempre igual? Porque me muestra que siempre he sido una apasionada que no espera a que otros hagan las cosas. Cuando algo te molesta ¿eres de los que dicen ya no quiero nada o eres de los que dicen yo puedo hacer esto mejor?

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