Muchos aspectos que dan sentido a nuestra democracia se soportan en la comunicación. Sin embargo, parece ser que el nuevo presidente, Manuel Merino ni la bancada de Acción Popular lo tienen claro.
Nos encontramos en una sociedad de redes. Esto significa que la forma en que se gestiona el poder, basado en el control de la información y la comunicación, ha quedado atrás, para dar paso a una vasta red global de vigilancia y de control, donde los usuarios de internet son capaces de procesar, almacenar y transmitir información sin restricciones de distancia, tiempo ni volumen.
Como actores de nuestra sociedad, los gobiernos no están exentos de esta situación y, por eso, deben ocuparse de elaborar, construir y sostener su comunicación para legitimarse.
Acción Popular y, específicamente, el presidente Manuel Merino, al no haber gestionado su reputación adecuadamente durante los meses que pasaron en el congreso, se enfrenta al reto de cumplir con diversos objetivos de comunicación en tan solo 5 meses. ¿Cuáles son estos retos?
Selección de lineamientos clave
Antes de lanzarse a publicar en redes sociales o dar entrevistas o conferencias, compararía la actual situación, en términos de comunicación, con los primeros 100 días de cualquier gobierno. Con ello, toca pensar cuáles van a ser esos focos de trabajo que tendrá el gobierno. Tener eso claro, ayudará a priorizar acciones estratégicas orientadas a… digamos, no perder el tiempo y tener algunos resultados a corto plazo, pero con una proyección a mediano y largo plazo.
¿Cómo hacer esta selección? Dependerá de lo que deseen transmitir. Pueden partir de las urgencias de la población, de las promesas que no cumplió Vizcarra y ellos podrían trabajar, de los factores clave por los que justificaron la vacancia para transmitir la diferencia que ellos representarían, etc.
Comunicar las acciones de gobierno
En este punto, toca identificar el mito de gobierno y hacerlo efectivo a través de las acciones de comunicación. El fondo y la forma cuentan. Se debe informar cuidadosamente sobre cada acción realizada o a realizarse, las razones por las que se hacen y qué efectos tendrán tangiblemente en el Perú.
Aquí nos detendremos a identificar el tono y la personalidad que tendrán las comunicaciones que también ayudarán a marcar la agenda política e ir desvinculándose o limitando el espacio de las especulaciones fatalistas que se han ido desplegando en los últimos días.
Reputación, reputación y reputación
Me refiero al trabajo de reputación que deberá realizar Merino como personalidad, la reputación del grupo parlamentario de Acción Popular en representación del partido político como tal y la reputación del gobierno en su conjunto, con los actores que lo integren.
Para construir una buena reputación, se pueden trabajar algunos ejes como el liderazgo que ejercen los voceros clave del gobierno, el impacto de algunas acciones estratégicas que devengan de los ejes fundamentales que escoja el gobierno, la transparencia y rendición de cuentas de cada grupo que represente «el lado» del gobierno, el número y la calidad de la reputación de los aliados del gobierno (es importante cuidar qué hablan de ti, pero también quién lo hace), etc.
Disciplina
Claro está que, para comenzar a tener una comunicación impecable que logre sus objetivos (y, por supuesto, Acción Popular no está en condiciones de cometer más errores de comunicación), la disciplina entre los integrantes del gobierno, de la bancada y del partido, en general, debe ser coordinada y disciplinada.
Es evidente y conocido por la ciudadanía los problemas que posee Acción Popular entre sus miembros. Esto ha ocasionado, en innumerables situaciones, las contradicciones, dichos y desdichos entre sus diversas autoridades.
En este momento, será fundamental la capacidad de reconocer las fortalezas y debilidades de cada uno de sus miembros y acatar las decisiones de comunicación que prioricen la construcción de una nueva imagen. (O sea… si uno de sus miembros es un desastre hablando en público, por más que le pique la peliculina, no debería dar declaraciones).
Vocería
Parece haber un serio problema en la transmisión de mensajes por parte de diversas personalidades de Acción Popular, comenzando por el actual presidente Merino. No solo hablo de temas de fondo, como la falta de una narrativa común y mensajes clave que se expresen en cada comunicación. Sino también, en temas de forma, como la entonación, pronunciación y, en general, el performance que tiene Merino y otros representantes.
No es la primera vez que uno de sus representantes confunden palabras que terminan expresando lo opuesto a lo que desean decir. («Lucharemos a favor de la corrupción… perdón, en contra de la corrupción»).
Formatos de contenido
Un factor fundamental para tener una comunicación efectiva se basa en expresar un lenguaje que el receptor capte. En ese sentido, para diferentes objetivos no se pueden usar los mismos formatos, pues no tendrán efecto.
Por ejemplo, si ingresan a la página de la bancada, podemos notar un exceso de comunicados que, estoy segura, nadie lee hasta el final y, por lo tanto, no llegan a transmitir el mensaje que esperan.
Comunicar, hoy más que nunca, involucra el entendimiento de las dos o más partes del acto y eso incluye pensar en el lenguaje y formatos más adecuados para lograr los objetivos. ¿Lo que dicen en un comunicado pueden decirlo en una transmisión, tuit, entrevista o una serie de acciones individuales?
Estos parecen temas cotidianos y sencillos, pero que, al no haber sido gestionados correctamente, pueden significar una crisis nacional por los siguientes 5 meses y acabar con la imagen de un partido que mantuvo una reputación por 64 años.