ERRORES, DIFICULTADES Y PROBLEMAS COMUNES EN LA GESTIÓN DE CAMPAÑAS POLÍTICAS

En esta última campaña, trabajé y apoyé a más de un candidato al congreso. También tuve la oportunidad de mirar de cerca algunas otras campañas y conversar sobre las dificultades que tuvieron los equipos.

Por eso, he tomado esa información y experiencia de primera mano para contarte los problemas, errores y dificultades que encontré en los equipos y que, como pude notar, se repiten constantemente sin importar el partido político o el candidato que esté postulando.

Si estás pensando en postular próximamente, toma nota.

Apoyo por aquí y por allá y el equipo ni fu ni fa

Cuando un político anuncia su postulación, automáticamente recibe el apoyo de personas cercanas que desean contribuir en el comando de campaña. No está mal. El problema al momento de gestionar el día a día de la agenda y comunicaciones de campaña viene si armaste tu equipo únicamente con estos voluntarios.

Me explico. Cuando decides postular, debes armar un organigrama, incluso antes de anunciar tu postulación. Por supuesto, lo ideal sería que lo haga un asesor que pueda establecer los roles pertinentes que te permitirán tener un flujo de trabajo eficiente.

Si armas un equipo de campaña a partir de las personas que quisieron ser voluntarias, nada te asegura que cada una sepa qué rol desempeñar, a quién reportar y fluir diariamente.

Todo lo ven publicidad

He hablado de este tema hasta el cansancio, pero, supongo que aún no tengo suficientes lectores como para que TODOS los políticos taladren en sus cabezas que la publicidad es una pequeña parte de TODO el plan que requerirán para ganar una elección.

Primero debes hacer toda la planificación estratégica de tu comunicación, empezando desde tu identidad. Si sabes quién eres podrás definir a quién quieres llegar y cómo lo harás.

La publicidad es solo una herramienta para generar, esencialmente, recordación del candidato y difundir ciertos mensajes. ¿Qué pasa si piensas en publicidad antes de planificar la comunicación estratégicamente? Corres el riesgo de posicionar una imagen que no tienes realmente.

Por ejemplo, si tu slogan o piezas publicitarias hacen imaginar que eres una persona con cierta personalidad y luego te ven en un debate o entrevista y ven que no tienes las cualidades que diste a entender en tu publicidad, no solo generarás desinterés sino una opinión negativa. «No era lo que yo pensé», que es peor que pasar desapercibido.

Muchas manos, un solo candidato

Candidato, tu trabajo en campaña es ser eso: el candidato. Esto involucra prepararte para conocer bien por qué propones lo que propones, dar siempre la imagen que planificaste y perfeccionar habilidades frente a cámaras. El resto, es trabajo de tu equipo.

En ese sentido, no es posible ponerse a tratar con tantos proveedores. Aquí muchos cometen el error de contratar servicios por separado (en el mejor de los casos) o recibir apoyo gratuito por separado. ¿Por qué es un error? Porque el tiempo de la campaña no te da para coordinar con tantas personas.

Además, las campañas políticas tienen tal nivel de compenetración que sería cuestión de suerte poder tener un flujo de trabajo efectivo si juntaste un montón de desconocidos a hacer el trabajo de un equipo que trabajará en conjunto día, tarde y noche.

Si alguien del equipo no cumple ¿cuál de los otros proveedores es el que tendrá la autoridad de reclamar? Tú, como candidato tendrás que hacerlo y será un dolor de cabeza.

Implementación sin planeamiento

Día 1 de la postulación y con la gente que te recomendó tu amigo que postuló la otra vez, comienzas a armar tus paneles y publicar en redes. ¿De qué te estás olvidando?

Solo de todo. De cuántos votos necesitas para ganar, definir tu identidad, tus mensajes, cómo le transmitirás ese mensaje a tus audiencias, a través de qué medios, ¿realmente necesito paneles para dirigirme a ellos?

De ahí no te preguntes en qué fallaste o por qué tan pocos votos. Acciones aisladas solo llevan al fracaso y a un gran gasto.

Compromiso de candidato

Algo que debes saber si planeas candidatear es que eres el insumo principal de tu equipo, no eres parte de él exactamente. En ese sentido, eres quien alimentará de información al equipo que tenga que personificar en redes quién eres, cómo piensas y tus opiniones referentes a temas de coyuntura.

Lo ideal es que tanto tú como la persona encargada de tus propuestas dediquen al menos 30 minutos diarios, al iniciar la jornada, para coordinar con su equipo de comunicaciones posturas y temas de los que se deberá hablar.

Parece lógico pero no. Los candidatos suelen andar en su nota, preparándose para entrevistas, visitas y otros asuntos. Es importante priorizar este punto porque tu equipo no se inventará cómo piensas. Si no quieres paralizar a tu equipo de comunicaciones, entonces ten en cuenta este punto.

El candidato jefe

Este es el error que cometen muchos candidatos que se asumen los jefes de sus campañas aunque no sean conscientes de ello.

Cuando una persona, por experimentada que sea, se aventura a candidatear, pierde el 50% de su capacidad y se vuelve miope. ¿Por qué? porque uno puede opinar y analizar lo que ve ante sus ojos, pero no puede autoanalizarse.

Pensar que uno tiene la capacidad de tomar todas las decisiones sobre su propia campaña es asumir que uno puede autoasesorarse. Se los digo: ES IMPOSIBLE.

Si quieres perder tu campaña, solo sigue tu «sentido común» y actúa como el jefe de tu campaña.

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