¿Crees que lo peor de hacer política es la gente inmoral? Yo te diría que es parcialmente cierto. Parcial al 50%. El otro 50% está conformado por aquellos que no hacen política, pero sí opinan con odio o desgano que «todos los políticos son iguales». Esa mentira es tan grande y absurda como la de cualquier corrupto diciendo que es inocente.
En la última campaña congresal, participaron varios conocidos, algunos incluso amigos. En el transcurso de la campaña, me apareció la publicidad de una chica que conocí en unas reuniones el año pasado, del partido Somos Perú. Sencilla, agradable, tranquila, inteligente, lo que en política le llamarían «un buen cuadro» y por qué no, buena persona.
Cuando hice clic en los comentarios vi la pandemia de los generalizadores, los que no hacen pero no dejan hacer, los que critican pero no proponen, ahí destilando su veneno. «Otra corrupta», «Todos los políticos son iguales», «Seguro entra a robar como todos». Y ella no es el único ejemplo que tengo.
Lo siento, pero ese pensamiento derrotista y generalizador es a la política lo que el coronavirus es a nuestra salud. Mata la motivación de las personas y ahoga de ansiedad a quienes no saben cómo demostrar que sí son decentes y quieren demostrarlo a la gente.
El problema de generalizar está en que te impide ver a aquellos buenos elementos que, a pesar del entorno sucio, malintencionado y problemático, han decidido involucrarse para no andar de solo de tuiteros.
¿Saben lo difícil que es mantenerse en la política sin desmotivarse ni tirarse para atrás por las situaciones negativas? Que te insulten en la calle cuando tratas de dar propuestas y no polos. A eso hay que sumarle que, los indignados que deberían apoyar a quienes quieren hacer bien las cosas, prefieren generalizar y catalogar y meter a todos en el mismo saco.
Si eres un ciudadano realmente indignado y esa indignación no es tan fuerte como para involucrarte activamente, al menos tómate el trabajo de averiguar acerca de cada persona sobre la que planeas destilar tu frustración.
El apoyo y la motivación es el oxígeno que permite afrontar el virus de estos comentarios que se han convertido en una pandemia. Criticando y juzgando, generalizando y catalogando no estás construyendo nada, solo alimentas lo peor de la política.
¿Quiénes ganan con la generalización? Los políticos inmorales ¿Qué mejor que pasar desapercibido entre todos los políticos o bajo el nombre de una institución? ¿Qué mejor que deslegitimen a la buena competencia?
Los corruptos tienen nombre y apellido y NO son todos los políticos. NO son todos los congresistas, NO son todos los alcaldes ni todos los regidores ni todos los ministros. Mucho menos son una institución. Una institución no es corrupta, tiene miembros con nombre y apellido que la corrompen.