¿POR QUÉ “LOS BUENOS” NO HACEN POLÍTICA?

Si me preguntaran cuál es el motivo por el que he llorado más veces a causa de hacer política diría que es por la falta de apoyo en diversas circunstancias. Esta falta de apoyo tiene características y razones particulares.

Si quieres saber cómo se siente, sigue leyendo.

Cuando ves algo que el resto no

Hace varios años, comencé a notar que personas de mi círculo cercano empezaban a tener comportamientos extraños. Me refiero a necesidades extremas de reconocimiento público sea cual sea el motivo. Esto hacía que, a veces, pasaran por encima de la “amistad”, para no sentirse opacados. (Puedes leer una anécdota de eso aquí).

Esta situación ocasionó que comente con otros amigos que tengan cuidado porque lo que veo es a personas que, si te ven como amenaza porque piensan que tienes un mejor desempeño que ellos, se olvidan de la amistad.

A pesar de los hechos, veía que nadie lo notaba y comenzaban a verme como la persona que incitaba una división. Desesperación. ¿Cómo no pueden notarlo?

Demoraron poco más de un año en darse cuenta y, mejor tarde que nunca, pero nadie te devuelve el año en el que te hacen sentir culpable.

Cuando hay un prejuicio

Una de las situaciones más estresantes. Existen personas que ingresan al espacio político cargando muchos demonios en su espalda. Por supuesto, todos cargamos con algo, pero hay quienes no pueden poner la razón sobre ello.

Pueden tener prejuicios por tu forma de hablar, de donde vienes, tu personalidad, tu edad, etc. Entonces, cuando quieres aportar, tienes ideas y quieres trabajar, empiezan a descalificarte porque eres muy (inserta aquí el prejuicio).

He visto situaciones que van desde “tú no conoces esto porque eres joven” hasta “esa es muy pituca, no sabe nada, no va a lograr nada”. Siendo esta una realidad, es muy difícil poder trabajar.

Cuántos buenos prospectos se pierden por las barreras invisibles que se le pone a las personas.

Cuando tienes razón pero no conviene

Aquí entran en conflicto los que tienen intereses personales muy marcados y los que quieren trabajar por algo superior.

Imagínate que, después de mucho esfuerzo, lograste llegar al cargo que querías y llega el momento de poner manos a la obra. Piensas en objetivos, haces un plan, eres consciente de que estás yendo por el camino correcto y te sientes orgulloso de que al fin podrás implementarlo.

De pronto, te toca ir con el resto del equipo y les presentas tus ideas. Lo que no sabes es que, mientras tu trabajabas, otros veían qué opciones tenían para destacar y, por más de que tu plan es excelente y de beneficio para todos, nadie lo quiere aprobar, nadie te da razones, solo “no es lo indicado”.

¿Qué haces ante ello?

Cuando la opinión pública está en tu contra

Hay innumerables situaciones en las que el titular de una noticia te cuenta la noticia al revés o se cuenta una parte de la historia mas no la otra, en las que el desconocimiento sobre un tema técnico haga que la opinión pública opine en contra de un accionar, etc.

Ello, sin mencionar que lo que hagas o dejes de hacer siempre estará mal para un sector de la población o que siempre habrá un adversario que distorsione tus palabras o tus gestos.

Aquí la ciudadanía tiene una gran responsabilidad, porque si sepultan mediáticamente a la persona incorrecta, están empoderando indirectamente al mal político que sacará provecho de la desgracia del “bueno”. Y, lamentablemente, eso pasa muchísimo.

Suele suceder que los “buenos” siempre confían en que su trabajo está bien, en que sus intenciones son buenas y , por eso, descuidan sus gestos. De esto se sujetan los buitres para perjudicar la imagen de quienes no les dan cabida en el poder.

Así, nuevamente, por descuido, desinterés o desinformación, terminamos desincentivando la participación política de las buenas personas que no están dispuestas a poner en riesgo su imagen, su vida y perder su tiempo en una actividad de alto riesgo y de largo aliento.

Cuando hasta “tus amigos” te dejan solo

En política hay buenas y malas, como todo en la vida, solo que aquí, todo es más público.

No hay peor sensación que la de recibir aplausos cuando estás arriba y no solo ver cómo se te alejan cuando estás abajo, sino cómo aprovechan un mal momento tuyo, un mal titular, el cyberbullying momentáneo que pueda existir, para sumarse a la crítica (muchas veces sin sustento).

Cuánta falta hace que te puedan defender cuando no tienes la culpa, a pesar de que todos digan lo contrario. Pero, lo cierto es que la inmensa mayoría te deja solo “para no quedar mal”, para “no quemarse” o para, simplemente, recibir un like o un retuit.

Creo que de todas las situaciones, no hay mayor frustración y dolor que esta.

Los comentarios están cerrados.

Scroll al inicio