LA DESGRACIA DE LOS INOCENTES

Es común escuchar que la política está repleta de personas que hacen de ella una actividad cochina y detestable. Se dice también que todos son malos, rateros y convenidos. Hoy te traigo una reflexión diferente que tiene las mismas consecuencias.

Para mí, en la política existe gente que aporta y gente que no. Concentrémonos en la que no aporta. Este grupo de malos elementos en la política está dividido en dos: los malos elementos per se y los inocentes. En el primer caso, los malos elementos per se, son aquellas personas que le viven a las malas prácticas y todos los defectos de una persona sin ética (los uña larga, los mentirosos, los envidiosos, etc.). En el segundo caso, los inocentes, que son mayoría y en quienes me enfocaré en este artículo son los sanos sin pensamiento estratégico.

¿Quiénes son los inocentes?

Son personas que tienen buenas intenciones e ingresan en política con la ilusión de aportar. Confían en que la política sí tiene mucha gente buena y que aquellos que tienen a su alrededor son sus amigos. Generalmente, son personas que se han integrado recientemente a un partido y están buscando un espacio para aportar.

¿Dónde está el error?

En creer que aquellos que tienen a su alrededor son o serán sus amigos. Aquí sí hay una premisa que es real: hay mucha gente negativa en política. Saber eso te servirá para no confiar en las personas al 100%. De lo contrario, te dejarás influenciar sin querer y sin notarlo por personas que ya saben cómo convencerte de lograr tu apoyo.

¿Cómo convencen a un inocente?

No es muy difícil. Un inocente es un entusiasta que está emocionado por hacer cosas dentro del partido y sentir que está aportando y es parte de la militancia. En ese sentido, no es difícil hacer reuniones por zoom, meter a los nuevos en grupos de whatsapp sin ningún filtro ni criterio y repetir mensajes motivadores de unidad y felicidad.

¿Por qué es malo si, finalmente, están apoyando?

Sonará terrible, pero el resultado es que una persona con buenas intenciones pero sin cuidado ni desconfianza, termina siendo un tonto útil de aquellos que son un mal elemento per se. Estos personajes inocentes terminan siendo más nocivos porque, al tener buenas intenciones, atraen a más personas que seguirán el mismo camino y, finalmente, terminan empoderando a estos malos elementos per se. El resultado es tener la clase política que tenemos.

Otra razón que hace negativa esta cualidad en la política, es que, suelen creer lo que los malos elementos per se dicen. Por naturaleza, los malos elementos per se pueden decir muchas mentiras. ¿Qué pasa después? Que los inocentes comienzan a reclamar situaciones inexistentes, haciendo eco de aquello que les dijeron y podrás perder todo el día dando explicaciones lógicas, pero no lograrás hacerlos entender que les han mentido, porque, en su cabeza, no es posible que sus amigos les mientan. (Créeme, yo he pasado 2 horas tratando de dar explicaciones inútiles sobre mentiras… no te lo deseo).

Además, los inocentes no suelen ser personas confiables. No por ser malas personas, sino porque, al confiar naturalmente en la gente, creen que pueden compartir cierta información con personas poco éticas, sin saberlo, y acaban perjudicando a otros buenos elementos.

Tengo buenas intenciones y soy nuevo en un partido ¿qué hago?

Primero que nada, entender que la gente NO es tu amiga. Poco a poco, a medida que continúe tu participación y trabajo en la política harás amistad con algunos y de forma natural. Eso está bien, pero nunca asumas que son la mayoría. Los amigos se cuentan con los dedos, más aún en la política.

Debes poder aceptar que existen personas con las que te llevarás bien, serán buenos amigos para tomar unos tragos, pero no podrás confiar políticamente, porque tienen intereses diferentes. Si puedes convivir con eso, vas por buen camino.

Concéntrate en aprender la dinámica del partido, quién ha hecho qué cosas en la organización, cuáles son los órganos de toma de decisiones, a partir de eso qué cargos internos te gustaría tener o apoyar. Simplemente, concéntrate en entender cómo funciona la política en tu espacio.

Identifica quiénes quieren hacer y quienes quieren parecer. Es uno de los mejores indicadores para entender en quiénes puedes confiar. Quienes desean parecer, es decir, tener el mayor reconocimiento posible, pueden volverse en tu contra si perciben que tienes buenas cualidades y comienzas a ganar una buena imagen, porque te verán como competencia.

Por último, TODOS COMETEMOS EL ERROR DE CONFIAR EN LA PERSONA EQUIVOCADA, AL MENOS UNA VEZ (o dos jeje). No te preocupes, y no te ahogues en un vaso con agua, a todos nos pasa, solo no permanezcas en la permanente inocencia, tienes que ser estratégico y cuidar que tu participación favorezca a ideas y no solo personas.

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